LO DEMÁS ES AIRE

Autor: Juan Gómez Bárcena

Editorial: Seix Barral

Colección: Biblioteca Breve

Número de páginas: 544

El autor

Juan Gómez Bárcena (Santander, 1984) es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, en Historia y en Filosofía. A pesar de su juventud, su carrera como escritor ofrece tantos premios como títulos ha publicado. Su primer libro de cuentos, “Los que duermen” (2012) obtuvo el Premio Tormenta al Mejor Autor Revelación; “El cielo de Lima” (2014), el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2014 y el Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2015; con “Kanada” consiguió el Premio Ciudad de Santander 2017 y el Premio Cálamo Otra Mirada 2017; “Ni siquiera los muertos” (2020) fue finalista del premio que el Gremio de Libreros de Madrid concede al mejor libro del año. Algunas de sus novelas han sido traducidas al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, holandés y griego. Como crítico es el coordinador de la antología “Bajo treinta” que recoge las voces más destacadas de su generación.

“Lo demás es aire” narra… La historia de Toñanes, un pueblo pequeño, de paso entre Santillana del Mar y Comillas, a 38 kilómetros de Santander y cuyo recorrido en coche es de 1 minuto y 5 segundos. Las vidas de sus habitantes, diferentes unas de otras, en distintos años y siglos -incluida la del propio autor que relata su infancia y adolescencia en Toñanes-  ofrecen al lector el pasado y el presente de esta localidad cántabra.

El eco que deja…

Es el deseo de coger el coche y viajar a Cantabria para pasear por Toñanes: contemplar la casa que, allá por los años 80, se compraron Emilio y Mercedes; visitar el molino donde se quisieron, en 1633, Juan y Juliana; o acercarse al templete para escuchar a los músicos que tocaban en las fiestas de san Tirso e imaginar a Luis y a Teresa bailando en 1947… “Lo demás es aire” invita a observar la vida sencilla de sus habitantes (Treinta y dos casas, cuatro hoteles rurales, una iglesia, ningún bar). Cada casa, una historia. Juan Gómez Bárcenas a través del niño que buscaba dinosaurios, el mozo, el madrileño (personajes que son trasunto del propio autor) guía nuestra lectura y consigue que aprendamos que la vida rural está llena de matices.

Además…

La novela ofrece un excelente empleo de las técnicas narrativas. Relata simultáneamente todos los tiempos de la localidad cántabra. Se acumulan en la narración una historia sobre otra y otra y otra… pero los lectores no se pierden en su relato. ¿Cómo es posible? Porque recrea Toñanes como un espacio de sentimientos que surgen a través de hechos universales (la guerra, el hambre, la emigración, el racismo, la muerte…). Son los hilos que entretejen las diferentes historias y unen los relatos a través del tiempo. Para facilitar la comprensión, Juan Gómez Bárcena utiliza un recurso novedoso: copia la forma de registro de los libros parroquiales e incorpora en los márgenes de la narración las fechas del relato, así salva el uso de un tiempo no cronológico, así hace posible captar la complejidad de un mundo de millones de años en el que descubrimos que las vidas de sus habitantes pueden ser, también, nuestra historia.

Pero hay mucho más. El recurso de las palabras que de forma repetitiva enlazan momentos diferentes (… un pueblo hecho para pasar… y pasan. Pasan los buhoneros. Pasan los peones. Pasan los peregrinos. Pasa un Clío rojo) lleva al lector de un siglo a otro sin descanso y sin perderse en la narración. O los diálogos teatrales que Juan Gómez Bárcena mantiene con Llermo y Rosi (dos de los cien habitantes que viven en la actualidad en Toñanes), e intercala en la narración precedidos de sus correspondientes acotaciones, son los relatos orales que certifican el tiempo pasado y presente, como si de un ejercicio periodístico se tratase.

Para terminar…

Lo mejor de la novela es que la experiencia de leerla resulta insustituible. Una novela, un libro de historia de Toñanes, una obra que sirve para comprender cómo pasa la vida del ser humano, porque aunque suene grandilocuente, “Lo demás es aire” recrea la historia de la humanidad.  

Se  puede comparar con una gran obra de ingeniería de esas que dejan con la boca abierta  y  el  corazón  cautivado.  Es  admirable  el  trabajo  de  investigación  que  ha  realizado el autor y, aún más, la forma en la que es capaz  de ofrecer tanta información, con una prosa exquisita y sin resultar abrumador.  

Las vidas que describe son las vidas de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos,  de  todos  nuestros  antepasados  y  de las nuestras. Juan Gómez Bárcenas recorre la historia fijándose en los pequeños gestos: arrodillarse,  besar,  comer,  cortarse  el  pelo  (o  dejárselo  largo),  firmar,  oler,  encender una vela, dormirse… Enumeraciones infinitas de acciones y personas que invitan al lector a viajar en el  tiempo,  recordar su  infancia,  imaginar  épocas  pasadas,  reflexionar  sobre  el  futuro…  Y, sobre  todo, entender  que  es  de  esos  gestos  y  de  esas  personas,  de  las  que  está  construida la historia. Vidas que parecen insignificantes pero que recogen todo lo que cabe en una vida humana: pasión, envidia, amor, sacrificio, miedo, felicidad, dolor, alegría, angustia…  

Realiza, también, el autor un recorrido por la muerte que lleva a plantearnos qué  somos. Repite, como si de una letanía se tratase, nombres y nombres de personas que vivieron (y,  obviamente, murieron), despertando en nosotros esa gran pregunta existencial. Y la respuesta, al llegar a la última página de la novela es que, quizá, no somos nada; pero, a la vez, podemos llegar a serlo todo. 

«Nada»

Autora: Carmen Laforet

Editorial: Ediciones Destino

Colección: Áncora&Delfín

Número de páginas: 344

La autora

Carmen Laforet (1921–2004) estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona. En 1944 escribió “Nada”, con la que obtuvo el Premio Nadal en su primera convocatoria. Tenía 23 años y se convirtió en la revelación de la narrativa española de posguerra (la novela existencial, años 40). En la siguiente década produjo gran parte de su obra: numerosos artículos, cuentos y novelas cortas, además de “La isla y los demonios” (1952) y “La mujer nueva” (Premio Nacional de Literatura en 1956). En 1963 publicó “La insolación”, primera parte de una trilogía inacabada titulada “Tres pasos fuera del tiempo”, cuya continuación, “Al volver la esquina”, editó Destino tras el fallecimiento de Carmen Laforet en 2004.

“Nada” narra… un año en la vida de Andrea, una joven de 18 años que llega a Barcelona para estudiar Letras en su Universidad. Se aloja en casa de su abuela en la calle Aribau, pero sus ilusiones y sueños chocan de inmediato con el estilo de vida que reina en ese piso. La situación familiar ha cambiado tras la Guerra Civil. Ya no es la casa lujosa que Andrea recuerda de su infancia. A medida que avanza el relato se van perfilando los seres atormentados y enloquecidos que la habitan: sus tíos Román y Juan, Gloria (mujer de este último), su tía Angustias, la abuela y la criada. La Universidad es la puerta de salida que encuentra Andrea para evadirse del clima asfixiante de la casa familiar. A pesar de todo lo que vive con su familia, consigue llevar bien sus estudios; en la facultad, conoce a jóvenes que le descubren una vida diferente: bohemia, frívola, juvenil; encuentra a Ena, quien se convertirá en su mejor amiga. Finalmente, los dos mundos que transita nuestra protagonista -la casa y la Universidad- convergen en un final dramático del que Andrea podrá escapar gracias a Ena y su familia.

El eco que deja

Termino la lectura de esta novela y me pregunto: ¿cómo puede titularse “Nada” un libro que en sus páginas encierra tanto? Carmen Laforet narra la difícil convivencia de una familia destrozada por la guerra; también, describe un mundo estudiantil universitario descuidado, superficial e indiferente a los problemas de la realidad de posguerra que ha experimentado la autora y, sobre todo, relata el viaje de aprendizaje de Andrea hacia la edad adulta. 

Los habitantes de la calle de Aribau son seres desorientados, heridos por la Guerra Civil. Román es arrogante y goza humillando e hiriendo al resto de la familia; Juan se duele de la incomprensión de los demás; Angustias representa la religiosidad fanática e intolerante; la abuela culpa al conflicto civil de la actitud violenta de Román y, también, del desquiciamiento y el maltrato que ejerce Juan sobre su mujer y sobre sus hermanos… Los lectores descubrimos en estas vidas angustiadas y desesperadas que las víctimas de la guerra no son solamente los muertos o los que quedaron heridos, sino también, personas que, como los moradores de la calle Aribau, se salvaron pero llevan para siempre la huella de la guerra en lo más profundo de sí mismos.

Como contrapunto al mundo familiar, Carmen Laforet describe la vida universitaria de Andrea. Sus nuevos amigos son jóvenes de una posición más alta que la suya. Son hijos de papá, que viven los estudios como un pasatiempo; su vida es fácil, desenfadada, distraída, inconsciente. Pons, Jaime, Ena buscan una solución individual a aquello que no les gusta, sin ninguna pretensión de cambiar el mundo. ¡Qué actuales son estos personajes! Hoy, también, en nuestra sociedad, impera el mandamiento de preocuparse por uno mismo y los demás… que se apañen como puedan.

Y en medio de estos dos mundos, Carmen Laforet sitúa a la narradora-testigo, Andrea. Unos nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme. Sin embargo, sus silencios, su timidez esconden una personalidad fuerte y muy sensible, que se rebela contra las convenciones sociales, que busca incansablemente la libertad: se opone a su tía Angustias, acoge a Gloria, rechaza a Pons, defiende a Ena y… se marcha con ella para comenzar de nuevo. La protagonista de “Nada” encarna la propuesta que Carmen Laforet ofrece al lector con esta historia: vivir es elegir; todo puede seguir igual pero, también, puede cambiarse.

Además

Hoy, la lectura de “Nada” sorprende por su modernidad. La relación de amor y odio entre los dos hermanos (Román y Juan) nos recuerda la lucha fratricida (es inevitable) de la Guerra Civil; pero, también, de tantos conflictos en nuestras relaciones personales. La inolvidable Gloria, maltratada por Juan y por Román, da nombre a muchas mujeres que, hoy en día, siguen siendo golpeadas y heridas. La búsqueda de libertad (Andrea), el anhelo de liberación femenina (Ena) o la decepción cuando no sabemos cómo leer el comportamiento de los demás (Pons, Gerardo) son temas que nos ocupan y preocupan y que todos llevamos en nuestra maleta personal.

Para terminar…

En el mes de septiembre de 2021 hemos celebrado el centenario del nacimiento de Carmen Laforet. Con este motivo, se han publicado nuevas obras en torno a su persona y a sus escritos que queremos nombrar en esta reseña: “Puntos de vista de una mujer”, recoge los artículos que Carmen Laforet publicó entre 1948 y 1953; “Nada (novela gráfica)”, una adaptación de Claudio Stassi; y “El libro de Carmen Laforet: vista por sí misma”, una recopilación de textos de Carmen Laforet, seleccionados y estudiados por su hijo Agustín Cerezales Laforet. Desde Rendijas, con esta entrada, nos unimos a su centenario y os invitamos a que os acerquéis a estas nuevas ediciones para conocer un poco más la obra y la personalidad de esta escritora sensible, femenina y fascinante.